Mediterráneo: noviembre 2010

martes, noviembre 23, 2010

El Mediterráneo nos sale caro


El comprensible empeño del Gobierno por celebrar en Barcelona una nueva Cumbre de la Unión por el Mediterráneo no nos está saliendo gratis. Es difícil todavía hacer un cálculo exacto, pero los expertos en eventos de este tipo, estiman que el nuevo aplazamiento sufrido por la Cumbre va suponer unas pérdidas para las arcas del Estado de más de un millón de euros.
La cumbre estaba fijada para el pasado día 21 de noviembre, en un segundo intento, tras haber sido descartada la primera fecha, del 6 de junio. Ahora la decisión, a la vista de que la reanudación de las negociaciones entre árabes e israelíes no estaba nada clara, se tomó con sólo una semana de antelación, lo que provoca que muchos gastos resulten inevitables.
El Gobierno había autorizado la contratación de la organización material de la Cumbre a la empresa G.L. Events CCIB, propietaria del Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona, con un presupuesto de algo más de tres millones de euros. Previsiblemente, la empresa, que ya vio como se frustraba la operación para la primera fecha citada, repercutirá al Ejecutivo el coste que le supondrá haber tenido bloqueado el Centro de Convenciones para otra actividad o las inversiones que haya realizado para su acondicionamiento. A ello hay que sumar algunos otros gastos, como los proyectos de interior encargados, o la compra de moquetas o paneles pasando por los artículos de papelería ya encargados o por algunas acreditaciones que deben ser impresas con tiempo, como las de las Fuerzas de Seguridad. Otros, como alquileres de coches, dietas, servicios de catering, etc, se habrán podido cancelar a tiempo.
En el aspecto político, si el primer aplazamiento supuso no poder materializar lo que se esperaba iba a ser uno de los momentos estelares de la Presidencia española de la UE, el segundo ha supuesto un nuevo desencanto. El Gobierno quería hacer coincidir la cita con el 15 aniversario del arranque del Proceso de Barcelona, que lanzó el diálogo euromediterráneo, pero además, esperaba que la celebración de la cumbre animara al presidente de Estados Unidos, Barack Obama a viajar a España, aunque Washington no participaría formalmente en la reunión. Obama estaba en Lisboa en la Cumbre de la OTAN y era un momento propicio. El gran anhelo de Zapatero de recibir en España a Obama se vio frustrado una vez más.
A España, que intenta ahora una nueva fecha para antes de fin de año, sólo le queda confiar en que israelíes y palestinos se vuelvan a sentar a negociar y se cree un clima más propicio para que se avance en el diálogo entre Europa y los países del sur del Mediterráneo. 

Blog de Luís Ayllón