Mediterráneo: noviembre 2007

martes, noviembre 27, 2007

El dios Baal no era tan malo

Baal era el dios supremo del panteón cartaginés. Tenía cosas buenas a pesar de su mala reputación.


En el primer artículo y primer comentario de este blog alguien me dice que "con la eleccion de Baal como protector has escogido la muerte, la desolacion y el terror como Dios".


Son varios que no saben mucho sobre Baal. Esa idea se repite. Por eso creo que es interesante (quizás), poner la respuesta más a la vista. Ahí va:


No te creas. Baal es muy desconocido. Y Tanit también. Tanit era tan terrorífica como Baal

Cualquier día me pongo en faena. Y no temas la muerte, que no dependen de mí ni de nosotros... La desolación no depende de mi,como lo de las autopistas.

Baal no tiene nada que ver con el terror.
El terror lo producían los romanos y los aterrorizados cartagineses se acogían al benevolente designio del Dios Supremo Baal.
Entiéndolo así de momento.
Todo esto ocurría hace unos 5.000 años, tres mil años antes de que naciera nuestro de Nazaret, el hijo de María y del Espíritu Santo (aunque José era el padre putativo)
Mis afectuosos saludos, amigo anónimo.
Reza por mí, que eso nunca sobra

miércoles, noviembre 21, 2007

Vinos libaneses, Tomás Alcoverro, La Vanguardia


Algunas de estas cavas de terrosas paredes húmedas, empapadas de olor a vino, remontan a la época romana. Por azar fueron descubiertas cuando los lugareños, persiguiendo a una zorra que merodeaba alrededor de sus corrales, se escondió en una antigua galería excavada en esta tierra fértil y soleada de la planicie de la Bekaa. Los jesuitas en 1857 comenzaron a plantar viñedos y construyeron nuevos tramos de túneles para guardar este vino del "Chateau Ksa2a", el más famoso del Líbano.

Esta cultura vinícola remonta a la época de los fenicios, hace cuatro mil años. Entre las ruinas romanas, no lejos de estas viñas bien cuidadas, destaca el templo dedicado al dios Baco.

Cuando concluyó el mandato francés del Líbano, se supuso que acabaría la producción de este vino local, debido a las costumbres religiosas de la mayoría musulmana chií de la población de la Bekaa. Pero los jesuitas continuaron plantando cepas de Muscat, de Cabernet Sauvignon, ampliando las hectáreas de la superficie de cultivo. En 1973 la Orden de San Ignacio vendió esta propiedad, donde además habían edificado el primer Observatorio del Oriente Medio, a un grupo de hombres de negocios libaneses que la han consolidado y extendido. En otros parajes al norte de Beirut, el monasterio católico armenio de Bzumar produce su propio vino desde el siglo XVIII, así como lo hacen otros conventos maronitas desde fechas mucho más recientes, en una popular tradición monacal muy arraigada.

En las cavas largas de dos kilómetros de Ksara reposan los crudos en alineados toneles de madera, hechos en Burdeos, y en miles de botellas, encerradas tras verjas protectoras.

En un país tan pequeño como el Líbano, de cuatro millones de habitantes, se venden al año siete millones de botellas, la mitad destinadas a la exportación a países de Europa, como Francia, los Estados Unidos y Canadá.

Hay otras marcas como Kefraya, Musar, Domaine de Tourelles, Clos de Saint Thomas.... El famoso dirigente druso Walid Jumblat adquirió durante los años de las guerras, la mayoría de las acciones de Kefraya. Este turbulento y siempre sorprendente político hace gala de estar muy satisfecho con su negocio particular. Ni las guerras, ni la violencia, ni la exacerbación de ciertas costumbres islámicas, han frenado la producción vinícola, aunque haya localidades y establecimientos públicos en el Líbano donde no se consumen bebidas alcohólicas, especialmente en las regiones chiís del sur.

La cosecha de este año en la hermosa llanura de la Bekaa, ha sido espléndida. Esta mediterránea tierra goza de trescientos veinte días de sol. Con métodos modernos se efectúa tanto la vendimia como la elaboración del vino y del arak, esta suerte de anisete local muy popular. Muchos vendimiadores son beduinos, kurdos, o vienen de la vecina Siria.

Aunque algunas de estas marcas han ganado prestigiosos premios internacionales, los vinos libaneses no tienen todavía la reputación que se merecen. Como me decía un experto beirutí con ironía: "El mundo no sabe que esta no es sólo la tierra bíblica de "leche y miel " sino también la tierra del vino de buena calidad".

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sábado, noviembre 17, 2007

'El día después' de un Irán atómico, por Rosa Meneses, El Mundo

Israel prepara estrategias para cuando pierda el monopolio nuclear en Oriente Próximo

La confirmación por parte del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) de que Irán tiene listas 2.952 centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio ha puesto en alerta a Israel. El único país que hasta ahora poseía un arsenal atómico en Oriente Próximo se prepara en silencio para enfrentarse a la posibilidad de que exista un Irán con armas nucleares, que además ha expresado en reiteradas ocasiones su deseo de que Israel sea «borrado del mapa».

Fuentes cercanas al Ministerio de Defensa israelí afirman que los asesores del primer ministro, Ehud Olmert, elaboran estrategias para afrontar un escenario en que Israel ya no sea el único país de su entorno con tecnología nuclear. Según estas informaciones, los asesores de Olmert trabajan sobre un memorándum secreto para preparar «el día después» de que Irán consiga una cabeza atómica.

«Hay ramificaciones a largo plazo que debemos estudiar; por ejemplo, cómo mantener nuestras capacidades de disuasión y de respuesta militar o cómo contrarrestar el desgaste que generará en la sociedad israelí el miedo a las armas nucleares iraníes», dijeron las fuentes, citadas por Reuters. El ministro Ami Ayalón afirmó que Israel «considerará exhaustivamente todas las opciones preventivas». Israel describe los planes iraníes como «amenaza existencial».

Olmert se ha mostrado en todo momento partidario de la doctrina de EEUU de emprender ataques preventivos contra las instalaciones nucleares de la República Islámica, notablemente las de Bushehr y Natanz. Los precedentes en la retina cobran importancia. En 1981, Israel bombardeó el reactor nuclear de Osirak, en Irak, dando al traste con las ambiciones nucleares de Sadam Husein.

Todo ello, incluso cuando Irán se esfuerza en hacer llegar el mensaje de que sus intenciones son «pacíficas» al tratar de desarrollar el ciclo del átomo. Un día después de que el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) publicara su ambiguo informe, Teherán intenta desactivar las alarmas. «Tenemos objetivos pacíficos y siempre hemos colaborado con la agencia de forma clara y cercana. Nuestra actividad nuclear ha sido transparente, pero estamos dispuestos a obtener el derecho inalienable del pueblo iraní.», declaró el embajador de Irán en España, Seyed Davoud Salehi Monfared.

Sus declaraciones actuaron como eco del presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, quier insistió en que el informe del OIEA es «realista».

«No buscamos producir armamento nuclear», concluía Monfared, quien recordó que el programa iraní se remonta a 1972 y el Gobierno del Shah -aliado de EEUU-. «Irán firmó acuerdos con EEUU, Alemania, Francia y Gran Bretaña por 10.000 millones de dólares. En aquélla época no había problemas para el Shah, aunque era un régimen dictatorial y antidemocrático. Después vino la República Islámica y estos países no siguieron con sus compromisos».

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domingo, noviembre 04, 2007

El eterno conflicto con el vecino del Sur, por Ali Lmrabet, El Mundo

VIAJE REAL

Las claves

Las posturas de España y Marruecos no pueden estar más lejos en su pugna por la soberanía de las dos ciudades autónomas

Dos ciudades y un puñado de islotes y rocas, todo ello enclavado en territorio marroquí, son los ingredientes de un perpetuo conflicto entre España y Marruecos que desemboca muy a menudo en crisis diplomáticas y estuvo una vez a punto de desencadenar un conflicto armado. Para los españoles, no hay ningún conflicto territorial con el vecino del Sur sobre Ceuta (76.000 habitantes) y Melilla (67.000). Los argumentos españoles son conocidos: los antiguos presidios y los pedruscos situados a pocos metros de la costa marroquí son parte de España desde hace siglos, incluso antes de la formación de Marruecos como Estado-nación. Esa afirmación enfurece a los marroquíes, que sitúan el nacimiento de su país al comienzo del reinado de Idris I, el fundador de la dinastía Idrisies en 789, y recuerdan que fueron las potentes dinastías bereberes de Marruecos las que imponían la ley en Al-Andalus.

Estas aclaraciones históricas son ampliamente conocidas. Para España, Ceuta es española desde su retrocesión definitiva por Portugal en el Tratado de Lisboa (1668). Melilla ya lo era desde que fue ocupada por Pedro de Estropiñán en 1497. Además, según los españoles, cinco siglos de presencia española en estos enclaves y una población mayoritariamente europea habrían asentado la titularidad sobre las dos ciudades. Algo con lo que, obviamente, Marruecos no está de acuerdo. El reino alauí considera las dos ciudades autónomas como una secuela del colonialismo europeo y estima que histórica y geográficamente estos territorios «ocupados» y «expoliados» le pertenecen.

En Marruecos, Ceuta y Melilla son un viejo quebradero de cabeza. El recuerdo de Isabel la Católica está muy unido a la pérdida de Granada, pero también al avance hacia el norte de Africa de tropas cristianas. La llamada Guerra de Africa (1859-1860), que vio la ocupación de una parte del Imperio Jerifiano por España, tuvo su origen en una historia de barracas destruidas por miembros de una tribu limítrofe con Ceuta. El presidio, pues, causó, para muchos marroquíes, su humillante derrota y el descalabro financiero del país. Desde entonces no faltaron las escaramuzas y las guerras no convencionales entre tropas españolas y tribus marroquíes en la periferia de los presidios considerados como una llaga en el cuerpo de Marruecos. No pocos historiadores marroquíes retienen hoy de la Guerra Civil el comienzo de la sublevación militar contra la República en Melilla el 17 de julio de 1936, un día antes que el resto de España. Esta puntualización tiene su finalidad: conferir a las dos ciudades una calidad de deslealtad.

Desde la independencia de Marruecos, en 1956, los litigios acerca de Ceuta, Melilla y los otros peñascos se han multiplicado provocando frecuentes encontronazos que en el caso del islote Perejil, en 2002, estuvo a punto de desembocar en un conflicto armado. Pero hubo otros choques. En 1975, Rabat aprovechó la agonía de Franco para lanzar la Marcha Verde sobre el Sáhara Occidental, planteando al mismo tiempo ante el Comité de Descolonización de la ONU la situación de Ceuta, Melilla y el resto de los territorios costeros vecinos. Unos años después, en 1987, Hasan II volvió a la carga proponiendo esta vez al Gobierno de Felipe González la creación de una célula de reflexión hispano-marroquí sobre el futuro de Ceuta y Melilla. Una oferta que hasta el día de hoy no ha sido respondida. Rabat volvió a exigir la restitución de las dos ciudades en marzo y septiembre de 1994, amenazando con romper el acuerdo de pesca con la UE.

Las amenazas de Rabat contra Madrid no siempre quedaron en letra muerta. Durante una visita del soberano alauí al norte de Marruecos, las autoridades marroquíes cerraron la frontera con España, bloqueando a miles de pasajeros y toneladas de mercancías. El Ministerio de Interior recuperó y nombró gobernador al entonces líder de la comunidad musulmana de Melilla, Omar Dudduh. Y menos de un año después de la transformación de Ceuta y Melilla en ciudades autónomas, Hasan II puso su amenaza en ejecución y denunció en abril de 1995 el acuerdo pesquero con la UE. Pero no siempre el litigio era la verdadera causa de las crisis diplomáticas entre los dos países. Por ejemplo, la ocupación por un grupo de paramilitares del Ministerio de Interior del islote Perejil, el 11 de julio 2002, aunque se vistió, para el consumo interno marroquí, de recuperación de territorios nacionales ocupados, era en realidad una protesta para obligar a España a abandonar su tradicional neutralidad en el conflicto del Sáhara.

Desde la llegada de Zapatero a La Moncloa, España es el «mejor aliado» de Marruecos. El Gobierno marroquí, que en tiempos de Aznar se declaraba incapaz de luchar contra la inmigración y las mafias de la droga, puso todo su empeño en hacer lo contrario. Durante la crisis de las avalanchas de subsaharianos que intentaban pasar a España por Ceuta y Melilla, los militares marroquíes dispararon contra ellos como si defendieran un territorio expoliado.

Esta eficiente lucha contra la inmigración no impide que las reivindicaciones sigan su curso. Los marroquíes no entienden por qué España continúa manteniendo el statu quo sobre Ceuta y Melilla cuando exige a los británicos que devuelvan Gibraltar. Por su parte, la prensa marroquí se jacta de que muchos de los que defienden la autodeterminación del pueblo saharaui son los mismos que defienden la permanencia de España en las dos ciudades autónomas.

elmundo.es

Especial:

Todo sobre los 'acordes y desacuerdos' habidos entre España y Marruecos.

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Los cabiros, Llanos Lozano, Diario de Ibiza

En Ibiza se habla a menudo de los Cabiros, pero salvo la gente instruida en leyendas de la historia de la isla, casi nadie sabe a ciencia cierta quienes eran. Aparte de una teoría que los une al dios Bees (Ibiza, quiere decir «isla de Bees»), los Cabiros fueron genios menores, o más bien demonios, cuyo culto procede del Asia Menor, a donde llegaron en efecto de las lejanas tierras de Egipto. Se les conoce como oriundos de las costas de Troya. Parece que fueron tres, hijos de Hefesto (Vulcano) y de Cabira, hija de Proteo, deidad marina, hijo de Poseidón, o sea del Océano. Proteo fue un viejo respetable, que tenía el don de la profecía, y vivía en Egipto en la isla de Faros, y con una cualidad muy curiosa: cuando no le convenía o simplemente no le daba la gana, podía tomar cualquier otra forma para eludir una respuesta: así se convirtió en león, en dragón, en tigre, en jabalí, en agua y en árbol. Pero sigamos con los Cabiros. Su culto se desarrolló finalmente en la isla de Lemnos, donde Hefesto tenía su taller de herrería, y después de haber sido expulsado del Olimpo, por su madre, dicen unos, por ser más feo y deforme de lo aceptable, o por Zeus, su padre, porque en una trifulca del matrimonio divino se enfrentó con el dios de los dioses, que le agarró de un tobillo y lo arrojó al abismo, hasta que fue recogido, alimentado y educado, pero quedó cojo para siempre. El «angelito», para vengarse de su madre y de todos en general, construyó un trono de oro, lo envolvió en una red invisible y lo envió a Ilera como presente. La Diosa se sentó y quedó atrapada, sin remedio. Los dioses trataron en vano de convencer a Hefesto para que liberara a su madre, y no pudieron, hasta que Dionisio lo convenció: lo emborrachó y se lo llevó al Olimpo montado en un asno y rodeado de ninfas y sátiros. Para compensarle (de que era el más feo de todos) le casaron con Afrodita, la diosa más bella, que pronto le puso los cuernos con Ares, que era hermano suyo, y desde luego mucho más guapo.
En Lemnos, Hefesto y Cabira tuvieron a los Cabiros, que tienen que ver con el oficio de su padre y el origen de su madre. Eran hábiles forjadores de metales y habituados a hacer tratos con el Océano. No eran buenas personas, precisamente, aunque su oficio se lo sabían bien. Colaboraron con su poderoso padre en las obras más célebres, tales como los palacios de los dioses, el cáliz de oro de Helio, las ánforas de Dionisio, las flechas de Apolo y Artemisa, el cetro de Agamenón, el collar que regaló Zeus a Europa, cuando la raptó convertido en toro, la hoz con la que Perseo decapitó a Medusa, las armas de Heracles, y el famoso escudo de Aquiles. Tampoco fueron ajenos a una de las hazañas más célebres de Hefesto: la creación de Pandora, caramelo envenenado que fabricó por orden del poderoso Zeus para castigar a Prometeo, por haber éste regalado el fuego a los hombres, aunque en otras tradiciones Pandora fue esposa de su hermano Epimeteo. Lo cierto es que Pandora, hermosísima, trajo las desgracias a los hombres porque era portadora de una caja, que contenía todos los males. Como era más bien tonta, de la caja se escaparon la enfermedad, la locura, el trabajo, el vicio y la pasión. Quedó dentro solo la Esperanza, que fue ciertamente un falaz consuelo.

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jueves, noviembre 01, 2007

¿Una guerra kurda?, por Walter Laqueur, La Vanguardia




UN NUEVO FRENTE EN ORIENTE MEDIO

EL ANÁLISIS

Se acaba de evitar otra guerra en Oriente Medio, pero ¿por cuánto tiempo? El Gobierno turco ha anunciado que no piensa entrar ahora en Kurdistán; de todos modos, el conflicto no ha concluido y tardará mucho en hacerlo.

Existen unos 25-30 millones de kurdos; la mayoría de miembros de la ONU tiene una población menor, pero sólo los kurdos carecen de Estado propio. Hay una razón objetiva: se encuentran dispersos en una región muy amplia que incluye Turquía, Iraq, Irán, Siria, el Cáucaso, e incluso en Europa viven más de un millón. Todos esos países son reacios a ceder una parte de su territorio. Además, los kurdos han mostrado durante su larga historia poca unidad y poco acierto político: las tribus han luchado unas contra otras, los Barzani contra los Talabani, etcétera. Se han enfrentado en situaciones en que habría sido mucho mejor que negociaran. Hace un año declararon un alto el fuego que, de repente, rompieron. Desde sus bases en el norte de Iraq, el PKK ha realizado emboscadas y ha matado a decenas de turcos en las últimas semanas. ¿Qué esperaban conseguir? Lo único que cabía esperar era una represalia turca con la invasión del Kurdistán iraquí, golpeando así el único lugar en que los kurdos tienen autonomía. El Kurdistán iraquí es un país muy pobre. Sólo podrá sobrevivir y prosperar si logra hacerse con parte de los ingresos del petróleo. Ahora bien, también los turcos tienen puestos los ojos en esos campos petrolíferos alegando que muchos de los habitantes de esa zona son turcomanos. Los ataques del PKK podrían proporcionar la provocación necesaria para desencadenar un ataque turco.

De todos modos, los turcos también saben que no les bastaría con adentrarse en el Kurdistán y luego retirarse; tendrían que ocupar la región durante mucho tiempo y eso generaría un sinfín de problemas.

Además, significaría la postergación indefinida de sus esperanzas de entrar en la UE. Por ello, tienen buenas razones para amenazar y también para vacilar a la hora de involucrarse demasiado.

Los kurdos turcos (denominados en el pasado por Ankara "turcos de las montañas") poseen razones legítimas para las quejas. La región sudoriental del país en la que se concentran es la parte más pobre, más desatendida y menos desarrollada. Durante mucho tiempo no recibieron un mínimo grado de autonomía cultural. Con todo, tampoco han sido históricamente unos corderitos inocentes: muchos de sus pueblos en el oriente turco fueron en su día poblados armenios y, si se produjeron matanzas durante la I Guerra Mundial, las tribus kurdas participaron en igual medida que los turcos.

El PKK no es una fuerza pequeña. Cuenta con varios miles de combatientes a tiempo completo y un presupuesto de unos cien millones de dólares procedentes en parte de negocios legales, en parte de donaciones de los kurdos de todo el mundo y en parte del tráfico de drogas. La policía francesa considera que un 80% de la heroína que entra en Francia pasa por esos canales. Durante un tiempo recibió el apoyo de Siria. En un momento, justo después de la II Guerra Mundial, la URSS respaldó el separatismo kurdo, pero en la actualidad ya no desea verse envuelta en las intrigas de Oriente Medio. En años recientes, los kurdos han conseguido apañarse sin apoyo exterior.

La situación se complica aún más porque el PKK ha abierto un segundo frente contra Irán en el montañoso Kurdistán septentrional, con incursiones contra unidades del ejército y la policía de ese país. Y, como en el caso de Turquía, cuenta con el apoyo de los kurdos locales. Éstos, como las otras minorías iraníes, han sido maltratadas por Teherán; Jomeini llegó incluso a declarar una yihad contra ellos e hizo ejecutar a muchas de sus principales figuras.

¿Es el gobierno kurdo (iraquí) lo bastante fuerte para contener a la guerrilla? No es seguro; la detención de guerrilleros no gozaría de popularidad en el país y no hay forma de deportarlos a otros lugares.

Los kurdos tienen tanto derecho como cualquier otro grupo étnico a la independencia nacional. Ahora bien, ¿dónde estaría situado ese Estado y cuáles serían sus fronteras? Los turcos y los iraníes temen que un Kurdistán iraquí semiautónomo sea un primer paso para un Gran Kurdistán y desean impedirlo casi a cualquier precio. Al mismo tiempo, han mostrado poca disposición a conceder una mayor autonomía a sus importantes minorías kurdas. El resultado es la existencia permanente de regiones irredentas y el peligro de una guerra pequeña que podría fácilmente degenerar en una guerra más grande.

W. LAQUEUR, director del Instituto de Estudios Estratégicos de Washington
Traducción: Juan Gabriel López Guix

Pueblo kurdo en Wikipedia.

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