Mediterráneo: marzo 2010

miércoles, marzo 31, 2010

El santuario de la tortuga mediterránea

La tierra que produce uno de los mejores vinos de España no sólo está preñada de uvas. Entre esas cepas nace, crece y se refugia la familiar tortuga de jardín, casi el último reducto de población salvaje que ahora, con la iniciativa del Ayuntamiento de Marsá (Tarragona) y el patrocinio de la Fundación Biodiversidad, puede asegurar su futuro.
El otro Priorato, el que no es histórico, pero recuperó sus viñas para alumbrar los excelentes vinos de la denominación Montsant, será a partir de ahora la capital de la recuperación de la tortuga Mediterránea, la Testudo hermanni hermanni, la popular tortuga terrestre que puebla los jardines particulares.
La extendida práctica de adoptarla como animal de compañía ha diezmado de manera importante las poblaciones salvajes, lo que la ha convertido en objeto de especial protección. En esta filosofía de amparo se emmarca el proyecto de Centro de Recuperación de la Tortuga Mediterránea de Marsá, que abrirá sus puertas el próximo mes de mayo. La iniciativa municipal parte del interés previo del naturalista Lluís Pena, que impulsó la creación del centro a partir del descubrimiento de una significativa población de esta clase de tortuga en la zona de Marçà. Según Pena, la zona alberga una colonia estable de entre 300 y 350 tortugas testadas genéticamente y que garantiza que se trata de la tortuga autóctona de Cataluña, la tortuga mediterránea que se extiende hasta el límite sur del Mar Negro, en el este.
La culminación del trabajo de Lluís Pena, que inició en 2002, será el nuevo centro cuyo objetivo es conservar, proteger y estudiar la población de tortugas mediterráneas. Físicamente, el centro se ubica en el conocido como Mas de l'Escultor, en el término municipal de Marçà, a escasos kilómetros de la capital vinícola de Falset. Las 40 hectáreas en las que se ubica el edificio serán un entorno para la cría en cautividad de las tortugas, un gigantesco jardín plagado de plantas autóctonas, medicinales y aromáticas.
El edificio dispondrá de una sala de proyecciones y diversos espacios para llevar a cabo talleres entre los visitantes al centro, puesto que el proyecto también pretende ser cuna de divulgación e interpretación de la especie. El espacio contará, además de con la zona de núcleo zoológico y de semilibertad para reproductores, con una de aislamiento o cuarentena para aquellas tortugas que lleguen al centro por algún problema.

Salud Muñoz, El Mundo