Mediterráneo: Una visión del Mediterráneo

jueves, diciembre 16, 2010

Una visión del Mediterráneo


El Mediterráneo ha sido definido de muy diversas maneras: “La forma que tiene Dios de ser azul”, de Manuel Vicent, “Mar seductor y embaucador de audaces”, de Joseph Conrad, “El mar color de vino”, de Homero o “El mar con los colores del lomo de una caballa”, de Van Gogh. Bellas aproximaciones a un mundo rico e inabarcable.
Ferres Gurt (España 1954), biólogo y marino, que ha recorrido sus aguas y sus costas durante más de 30 años, traza con auténtica pasión una miscelánea caleidoscópica en la que cabe todo, nada parece escapar a su observación enamorada. “Recuerdos y sensaciones que llevan a la búsqueda de historias, que incitan a intentar entender algo de lo que subyace en este mar acogedor y laberíntico. Paisajes que incitan a bucear en los libros y libros que empujan a visitar paisajes, en un trayecto de ida y vuelta repetido en interminable”.
Los primeros capítulos están dedicados al nacimiento del mar, su formación laberíntica en dos grandes cuencas occidental y oriental, subdivida en cuencas menores que llegan a recibir nombres propioscomo el mar de Alborán, el Balear, el de Liguria, el Tirreno, el Adriático, el Jónico, el Egeo, el de Libia y el de Levante. La gran cuenca occidental alcanza los 3.500 metros de profundidad en el Tirreno y 4.000 al este de Sicilia, mientras que la oriental llega a los 3.000 metros en la planicie abisal que se extiende entre Turquía y Egipto. Salpicado de islas y con altas montañas que parecen asomarse al mar por todas partes, Sierra Nevada y Rif-Atlas al de Alborán, los Alpes nevados al de Liguria, la cordillera del Tauro y del Líbano al de Levante.
Capítulos dedicados también a sus olas, mareas, meteorología, vegetación, gentes, vientos inconstantes y de nombres sonoros(bóreas, tramontana, gregal, siroco, levante, mistral) para insistir en que la meteorología local es sumamente compleja y requiere del consejo de los lugareños; a sus incontables islas, desde la inmensa Sicilia con casi cinco millones de habitantes hasta los más de mil islotes habitados solo por aves marinas y conejos. Recuerdo ahora el divertido relato de Stewart en Tres maneras de volcar un barco sobre sus esforzadas primeras aventuras marineras en las islas griegas del Egeo.
Hay más mares mediterráneos -encerrados entre tierras- en el mundo, pero solo el nuestro ha dado nombre a un clima, fruto del cual el paisaje es amable y frágil, ya que la vegetación ha de medrar en unas condiciones aparentemente suaves pero realmente difíciles. Clima propicio al fuego que ha causado una asombrosa adaptación de muchas plantas que rebrotan con fuerza aprovechando el abonado fugaz de las cenizas.
La historia, la arqueología, la mitología, la pesca, la navegación son otros de los muchos temas abordados con amenidad e interés permanente. En ellos nos descubre el sentido de expresiones o símbolos que usamos inadvertidamente, como el de la marca Nike vinculado a una de las esculturas más conocidas del mundo antiguo, la Victoria de Samotracia, Niké en griego.
Y así paseamos encandilados por sus páginas, llenas de sabiduría, con una memoria envidiable, y que logra plenamente el incitar al conocimiento, a la observación, a la interrogación; a una forma muy diferente de vivir, viajar y navegar en la que la mirada curiosa al entorno. Nos permita disfrutar de cumbres nevadas durante una travesía primaveral, de la armonía del olivo y el ciprés plantado por una mano humilde y sensible en un acantilado imposible, de las pequeñas embarcaciones de madera y sus artes marineras que apenas subsisten.
A este respecto, resume bien su pensamiento el siguiente párrafo: “Los barcos se han convertido en depositarios de sueños y proyectos, en instrumentos de una posible pero poco probable libertad, las marinas no son más que aparcamientos en las que los barcos flotan. El barco no es ya una herramienta para la vida cotidiana en el mar, sino una prima donna que necesita largas sesiones de preparación y maquillaje para una corta salida que debe ser espectacular y programada en fecha fija. Dudo que estos escenarios me hubieran contagiado nunca la pasión por el mar”.
Lectura para todos, curiosos y navegantes, pescadores y viajeros, amantes de la historia, de las ruinas, de la arqueología, de las tradiciones y las leyendas, de las plantas, los árboles y de cualquier muestra de vida. Escrito con sincera pasión y hondo conocimiento, con rico y bello vocabulario que rescata del olvido o la incomprensión.