Estoy sumido estos días a unas sesiones de concentrado estudiosobre los tiburones en el Mediterráneo. Además debo cumplir con mis compromisos (3 artículos semanales para el Diario de Ibiza) y el tema es escitante. No hay mucha bibliografía, pero me haparecido muy interesante una entrevista con David Meca en 20 Minutos. Recomiendo leerle entera, pero me gustaría reproducir unos fragmentos:
¿Por qué largas distancias?
Empecé en natación de piscina y hasta 1996 fui campeón de España de 400, 1.500, 400 m estilos... En verano de ese año conocí este deporte, disputé mi primera Copa del Mundo, la gané y prometí que sólo me dedicaría a la larga distancia.
¿Tenía más rivales en la natación convencional?
Soy muy delgadito y fibroso, y la piscina se me quedaba corta. Tenía rivales, pero creo que acerté al cambiar. Es mucho más aventurero, más bonito, más sufrido, más peligroso, con calor, olas, medusas... Es riesgo y un deporte extremo a la vez.
¿Practica más deportes?
No, no me dejan. Cualquier cosa es un deporte de riesgo para mis patrocinadores.
¿Qué es lo peor que le ha ocurrido en sus aventuras?
Las competiciones oficiales las suelen vigilar bastante y vamos con embarcaciones que no dejan que ocurra nada. Pero recuerdo que dos días antes de ganar mi primera medalla en el mundial de 1998, en Perth (Australia), unos tiburones blancos le habían comido las piernas a unos surfistas en la misma playa. Había helicópteros, un francotirador en cada embarcación, por si veían moverse algo, cámaras subacuáticas... He nadado también en el Nilo, el río más contaminado del mundo. Ya no hay animales, pero sí un ser microscópico en la arena que si se te mete en la piel te destroza. Nadé en el Amazonas, con pirañas que no te suelen atacar si no te paras..., pero quién no se para en diez horas de carrera.
¿Cuál le gustó más?
La fuga de Alcatraz. Se trataba de demostrar que podía escapar y llegar de la isla a la costa de San Francisco con grilletes en los pies. Hay tres dificultades: las corrientes, la hipotermia y los tiburones.
¿A quién se le ocurren todos estos retos?
Casi todos a mí. En tantas horas de soledad nadando, la mente te va dando vueltas.
(...)¿Hay algún deporte más duro que el que usted practica?
Hay muchos deportes duros, pero psicológicamente no lo sé. En la larga distancia estás tú y tú y no puedes hablar con nadie. Además, me da mucho miedo todo lo que hay por debajo de mí y me pongo gafas negras. Imagínate, más de 30 horas sin poder hablar con nadie y sin ver casi nada.
¿De dónde viene su miedo a «lo que hay por debajo»?
Creo que a todos nos da miedo, pero yo me transformo. Cuando afronto un reto sé que voy a sufrir. No me gusta ver peces nadando debajo de mí, ni algas ni medusas.
¿Algún percance serio con un bicho de éstos?
Me han picado muchísimas medusas y por eso vas con miedo, porque sabes que están ahí y que duele. Me han podido picar hasta veinte en una competición.
¿Y se pasa miedo de verdad?
Sí, sobre todo de noche. Cuando hice lo de Alcatraz me engañaron. Me dijeron que sólo había tiburones grises y luego vi desde un helicóptero cómo soltaban un trozo de carne y saltaban a por él tiburones blancos de varios metros.
-