Mediterráneo: El pánico del PP a las cifras, mi artículo en Diario de Ibiza

domingo, noviembre 05, 2006

El pánico del PP a las cifras, mi artículo en Diario de Ibiza


Después de las obras de destrucción de la isla para construir unas autopistas, el PP tiene pánico a los resultados de la temporada turística.
La plana mayor del partido intenta encapsular las quejas contra estas demenciales obras reduciéndolas a una oposición de rastafaris (esos emporrados jamaicanos con las greñas rizadas y llenas de briznas de hierbajos). Estas quejas, viene a decir y no se privan de airearlo con cuantos fotos intervienen, nacen de los descontentos de siempre, de los separatistas catalanistas, de algunos comunistas reciclados en antiglobalizadores, en suma, en los fracasados (esa palabra la usa mucho un ex casi todo) y resentidos sociales…
Claro eso es cierto. Pero además hay muchos ibicencos ancianos, de derechas de toda la vida que están estupefactos (y algunos en la calle) ante la agresiva política urbanística del PP.
Y lo saben en el partido.
Tampoco pueden echar la culpa al máximo enemigo electoral, que es el PSOE, pues los socialistas se han caracterizado –en general- por desentenderse de las protestas de la sociedad en temas de urbanismo.
En este paisaje, sólo faltaría que la temporada fuera mal o regular.
Esto haría de caldo de cultivo donde se hervirían las demás animaladas, con resultados imprevisibles en las elecciones de mayo próximo.
La guerra de cifras de momento viene muy templada. Los números que va dando el Govern son muy positivos, la mejor temporada de la historia, un crecimiento impresionante…
Todo cuento.
Es cierto que las guerras vecinas –pero guerras de verdad, como en Líbano, y no un simple desastre polvoriento y ruidoso como las autopistas de Ibiza- han ayudado a fortalecer el flujo de llegadas. Y es cierto que las Baleares han aumentado hasta llegar a casi once millones de turistas (de enero a septiembre, 10.886.694).
Pero la temporada no ha sido tan buena como se nos quiere hacer creer. Ni mucho menos. Es más, Ibiza no puede sostener este ritmo. Ya lo sabemos, pero un año más el Govern no ha hecho nada: sólo amontonar números.