El puerto de Argel.
El flamante presidente francés, Nicolas Sarkozy, no visitará Marruecos como tenía previsto. Haber escogido Argelia como primera escala para su viaje de dos días en el Magreb, degradando así al indefectible aliado secular a un segundo puesto, no ha gustado demasiado en Marruecos. Sin hacer de esta afrenta un asunto de Estado, Rabat ha replicado retrasando para la segunda quincena de octubre la etapa marroquí del mandatario francés.Según las autoridades marroquíes, la razón de esta anulación, que huele a crisis diplomática, tiene que ver con un «calendario» cargado. Pero esta explicación no es convincente. Generalmente los problemas de «agenda» de Mohamed VI son la expresión del malestar del poder marroquí hacia un mandatario extranjero.El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, sabe algo de este singular enfado palaciego. El año pasado, los problemas de «agenda» de Mohamed VI le obligaron a posponer hasta cuatro veces una ansiada visita a Marruecos.Francia es el primer inversor en Marruecos, su más firme sostén económico, y su principal valedor en el extranjero. Sin la diplomacia francesa (secundada ahora por España) Marruecos sufriría no pocos reveses diplomáticos en la ONU, en la Unión Europea y hasta en algunos foros y organismos internacionales.Por si con esta minicrisis no parece que haya cundido el pánico en Rabat, la preferencia de Sarkozy por Argelia inquieta y sorprende a las autoridades marroquíes. Algunos la interpretan como una primera tentativa francesa por reequilibrar sus relaciones con sus dos antiguas colonias.Para París, Marruecos siempre ha sido el aliado predilecto de la República en el Magreb, en Africa y en el Mundo Arabe. En diciembre del 2001, durante una visita al reino alauí, el ex presidente Jacques Chirac llegó a calificar el Sáhara Occidental como las «provincias del sur de Marruecos». Una declaración que ha denunciado Argelia, firme soporte del Frente Polisario, que siempre ha considerado a Francia como parte integrante del conflicto que opone desde hace más de 30 años a saharauis y marroquíes.Nicolas Sarkozy ha reiterado varias veces su intención de normalizar las relaciones con Argelia. Los argelinos estiman que esta normalización pasa por una neutralidad de Francia en el conflicto saharaui. Los próximos meses van a ser decisivos para saber si Francia va efectivamente a estrenar una nueva política en este conflicto o va a tener que aprender a hacer equilibrios diplomáticos entre dos países de igual importancia para ella.
@FIRMA:ALI LMRABET. Corresponsal en Marruecos
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